Todo acaba cayendo,
se diluye en la sustancia adecuada,
crea homogeneidad
desde la diferencia,
distingue entre presentes
y futuros incompletos,
ahoga o quema,
quizá a partes iguales,
atraganta
o ayuda a pasar el mal trago,
te destruye las entrañas
o repara la mente.
Pero no le basta
con su impersonal soledad,
necesita del empuje externo
y la fuerza propia,
no es nada sin la agitación interna,
sin el paulatino devenir del tiempo
que precipita sus esperanzas
bajo la alfombra,
cristalizando sueños
que el mundo ahogó por ti.
Me guuusta mucho ;)
ResponderEliminar