21 de abril de 2011

Una lluvia primaveral

Una apagada lluvia primaveral azota con fuerza mi ventana y, no sé cómo, pero consigue hacerse eco en mi corazón, para recordarme que poco a poco todo se va desmoronando. El castillo de arena en el que se estaba convirtiendo mi vida comienza a debilitarse por la subida de la marea. Pausadamente, las olas van chocando contra el núcleo central de la estructura, pues las murallas hacen tiempo que cedieron ante la constancia. Mientras tanto, sigo sentado, encerrado en la torre más alta de la construcción, sin la fortaleza necesaria para luchar contra lo inevitable. La ilusión y la seguridad se fueron sin despedirse, dejando aun más solitaria a mi triste alegría, que hace ya algún tiempo que ha decidido hibernar con la esperanza de que cuando despierte las cosas hayan mejorado. Ilusa motivación la que la lleva a abandonarme ahora que tanto la necesito. ¿Quién si no va a ayudarme a ser yo? ¿Quién sino ella es la compañera de este estático viaje en el que me encuentro? Hipócrita alegría la mía, que solo deja verse cuando las dificultades saben que no podrán conmigo.

Me hallo tan desprovisto de ganas que mi indignación ante el mundo está disminuyendo a un ritmo brutal, la aplastante realidad de los hechos empieza a superar mi espíritu revolucionario que siempre ha querido enfrentarse a ellos, aunque solo fuese en cómoda utopía creada en mi mente. Me da tanto miedo perder la curiosidad, alegría y ganas de vivir de un niño… Y me niego a que me la arrebate la sociedad con la excusa de que las cosas deben ser así. El día que quiera caminar por las calles de una triste ciudad con la neutralidad de un autómata lo haré por decisión propia, seguramente motivada por la desesperación y la impotencia, pero nunca por imposición.

Necesito, quizá más que nunca, encontrar todo lo que se me ha perdido, pero desconozco por dónde empezar a buscar y, ahora mismo, tampoco dispongo de las ganas para hacerlo.

3 comentarios:

  1. “Lo hermoso del desierto es que en cualquier parte esconde un pozo”.
    Sea lo que sea lo que hayas perdido.

    ResponderEliminar
  2. Empieza por cualquier sitio.
    Mejor eso que no empezar ;)

    ResponderEliminar
  3. Preguntale a tu madre, que seguro que ella lo ha puesto "en su sitio" quien si no una madre para saber donde estan las cosas?? Y para lo demas tambien! :D

    ResponderEliminar