Altruistas
anhelos los suyos. Las hay que espera ansiosas poder contribuir a la vida,
formar parte de una flor o saciar la sed de algún animal cansado. Otras, menos
ambiciosas, se conforman con aportar una monótona musicalidad a la vida de un
transeúnte que pasea con su paraguas, molesto porque la lluvia estropee el
traje para su cena de empresa. Las más románticas suspiran impacientes antes de
precipitarse al abismo, esperando empapar los rostros de aquellos jóvenes que,
despreocupados por lo que está ocurriendo fuera de ellos mismos. Se niegan a
poner fin al beso que supondrá la despedida. Algunas otras, intrépidas,
divertidas y juguetonas, se lanzan antes de tiempo, como antesala de lo que
está por venir, disfrutando de ser las primeras en poder corretear por las
aceras, ahuyentando a los que pasean, aumentando la precaución de aquellos que
conducen y perdiendo el miedo que tenían a la caída.
Las
inertes gotas se han apoderado de nuestra capacidad para soñar, empapándose de
sueños y, cuando están repletas, nos bombardean para recordarnos lo que estamos
perdiendo. Mientras, nosotros, seguimos empeñándonos en protegernos con
paraguas y chubasqueros, temerosos de que realmente tengamos la potencia y
capacidad suficiente para alcanzar lo que soñamos.
para variar después de leerlo me he quedado pensando, sin palabras.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, un beso.
:)
A mí también me ha gustado mucho. Mucho más que palabras
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