- ¿Te gustaría estar enamorada? – le pregunté, dudando todavía de lo que acabada de decirme, asegurándome de que la había oído bien.
- Sí – afirmó sin más dilación. No le importaba lo que pudiese pensar de ella.
- ¿Por qué? – añadí sin salir de mi asombro ante aquella repentina sinceridad.
- Porque es una bonita sensación. Tener a alguien a quien querer y que te quiera. ¿No lo ves tú así?
Yo
no sabía cómo lo veía, la verdad es que tampoco conocía muy bien el lugar hacia
el que debía dirigir la mirada. Desconocía la manera en que debía actuar a
continuación, simplemente me deje llevar. Di un paso hacia delante, al que ella
respondió mirándome fijamente a los ojos, sin alejarse, no tenía miedo. Mi mano
salió al encuentro de la suya para comenzar a unirnos, nuestros dedos se
abrazaron y el desenlace estaba tan cerca que ya empezaba a añorarlo. La besé
suavemente y esperé que aquel beso le hiciese comprender mi punto de vista.
A veces, donde hay un beso, sobran las palabras...
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada, aunque me ha dejado un regusto agridulce, será porque sólo acabará por entenderla del todo la protagonista que recibió el beso y, con él, tu punto de vista ;)
http://www.youtube.com/watch?v=PEN1_ggo_GQ
ResponderEliminarFelicidades.