¿Por
qué nuestros esfuerzos se centran en encontrar agua en Marte en lugar de
llevarla a aquellas zonas de la Tierra donde más la necesitan? ¿Quién no es
cómplice? ¿Cómo hemos llegado a un mundo donde hay muertos de hambre y muertos
de anorexia? ¿Dónde venden el fármaco para revivir las conciencias? ¿Qué se nos
pasa por la cabeza? ¿Cuántos son los sacrificios inevitables para que sigamos
manteniendo nuestro modelo de vida? ¿Quién no ve que es necesario, para
conservarlo, que otros estén muriendo?
¿Por
qué esperar durante más tiempo? ¿Cuáles son las cadenas inventadas esta vez
para atarnos a nosotros mismos, para coartar nuestras conciencias? ¿Qué nos
impide aferrarnos fuertemente a nuestros proyectos, nuestras metas, y luchar para
que se hagan realidad? ¿Cómo es posible que escondamos tantas palabras de
cariño a esas personas que hacen méritos para ganarlas diariamente?
¿Por
qué lo diferente nos lleva, en un gran número de ocasiones, a reafirmarnos en
nuestra inescrutable posición, bien sea ideológica, racial, religiosa, política,
etc.? ¿Cómo es posible que veamos en el otro una oportunidad para criticar antes
que una posibilidad de aprender? ¿A qué se debe ese afán de buscar
exclusivamente discrepancias, en lugar de similitudes, puntos en común, que nos
ayuden a aprender y crecer personalmente? ¿Dónde queda el silencio cuando se
trata escuchar a los demás?
¿Por
qué sólo amamos en las relaciones ajenas, en los senderos sentimentales que
tanto miedo tenemos de emprender? ¿Qué nos lleva a sentir únicamente en las
vidas de los demás, en las historias que nos narran los libros o proyectan las
películas? ¿Cómo es posible que no aceptemos un beso entre dos hombres y veamos
con normalidad que solucionen sus problemas con la violencia de dos manos
cerradas golpeándose? ¿En qué momento empezamos a llenar el cariño que
necesitan los niños con juguetes en lugar de hacerlo con horas de juegos y
risas?
¿Por
qué me siento un títere en manos de un destino que no he elegido? ¿Cuándo me
pidieron opinión mientras decidían qué iba a ser de mi vida? ¿Cómo es posible
que todos te arrastren hacia su apatía y desánimo intentando convencerte de que
tú tampoco serás capaz de salir de ella, que caerás rendido, exhausto, en sus
brazos? ¿A qué se debe esa manía de aniquilar mis sueños, mis esperanzas, mi
situación de desconcierto y desolación en un mundo que no comprendo? ¿No
debería cada uno preocuparse primero por su vida antes de entrometerse en la de
los demás? ¿Por qué no nos dejamos en paz los unos a los otros?
¿Por
qué han leído esto?
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