22 de febrero de 2015

Miedos de ayer

Anoche 
tuve miedo
por si no volvías
a abrazarme dormida.
Temí
que no hubiese
más despertares
entre tus labios.
Lloré,
sin darme cuenta,
que es la única manera
en que soy capaz
de llorar estos días.

Anoche
creí perderte,
sí, otra vez,
porque últimamente
no sé hacer otra cosa.
Huías
de mí, y mis palabras.
De ellas
por mostrar amor,
y de mí,
por no saber
corresponderlas.

Anoche
descubrí,
aunque fuese tarde,
que en eso de ser feliz
no hay lugar
para los cobardes.
Me desnudé,
ante mí, 
por primera vez,
y eso, permítanme 
que les diga,
duele.
Duele
pero no puedes
apartar la mirada,
tienes que sostenerla
y sufrir, sufrirte.
Acéptate,
tal y como eres,
hazme caso,
que yo también lo sé,
duele.

Anoche
decidí
que solo a mí
me corresponde
el sendero 
hasta tu piel,
los tropiezos
y los baches,
levantarte
y no dejarte
jamás
caer.

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