25 de agosto de 2012

Microrrelatos



  • No me gustan las personas que ocultan su verdadera personalidad detrás de un falso disfraz – le dijo, al tiempo que sostenía con su mano derecha aquella bonita máscara veneciana.

*

                Creo que el motivo por el que te quiero tanto es que aún no nos hemos conocido. Somos tan ajenos el uno del otro que nada nos impide amarnos.

*

                Le acusaron de ser excesivamente racional, de buscarle una lógica a todo lo que hacía o le ocurría en su día a día. Él, mientras tanto, seguía enamorado.

*

  • ¿Cómo desaparecen los miedos cuando las sábanas ya no son suficientes? – me preguntó mi nieto de seis años. Yo, sorprendido, no pude hacer otra cosa que encogerme de hombros. Sigo haciéndome la misma pregunta.

*

                Solo cuando el gato negro que veía cada mañana rompió el espejo, acabó su mala suerte. Él nunca fue supersticioso.

*

                Después de algún tiempo, el justo para olvidar a qué había venido, abandonó su posición arrodillada. No recordaba su pecado y, a duras penas, dilucidaba la promesa que acababa de hacer. Así pues, confió en que aquellas monedas que le sobraron del cine en la noche anterior fueran suficientes para ayudarle a cumplir lo prometido. La luz que se encendió en aquella vela de plástico le fue suficiente para regresar tranquilo a casa.

3 comentarios:

  1. Me encantan, son super tiernos.
    'Él, mientras tanto, seguía enamorado'. GENIAL

    ResponderEliminar
  2. Aunque me han gustado todos, me quedo con el segundo y el cuarto.
    :)

    ResponderEliminar
  3. Coincido con Isa, el que más: el segundo. me encanta. ^^
    Un beso!! =)

    ResponderEliminar