28 de octubre de 2014

Enfermos de amor y de olvido

Sus manos tocaban un cielo
de recuerdos y desastres,
los ojos mirando al suelo,
como buscando volver atrás,
como suspirando momentos felices.

En la memoria, mañanas de sexo,
tardes corroídas por el deseo
y noches de desvestirse los miedos,
de ver amanecer entre las sábanas.

En su recuerdo, el de él,
ni el más mínimo resto,
tabula rasa, página en blanco.
Solo en las historias de ella,
la pasión, los hijos,
el primero beso, el último baile.

Para el olvido,
los días de hospital,
las pruebas constantes,
el trato funesto.

De agradecer fue el apoyo,
familia y amigos
volcados en ellos,
sin faltarles de nada.

Quedará para siempre su historia,
la compañía perenne,
la comprensión incondicional,
la ayuda desinteresada.

La muerte acabará con ellos,
pero el amor los hizo eternos.

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