30 de mayo de 2011

Un día más es un día menos

Y el niño, porque al fin y al cabo eso es lo que es, se marcha a la cama, agotado de un día tan normal como otro cualquiera. Quizá el cansancio se deba a la monotonía, o a la impotencia frente a un trabajo que siempre le ha apasionado, supongo que será uno de esos días tontos. Necesita recuperar la ilusión, pero ha olvidado donde buscarla. Antes sabía perfectamente a qué acudir para recargar fuerzas, para recobrar las ganas de ser y hacer. Tras un vano intento de adormecerse bajo la reconfortante sinfonía de una canción de jazz, ha decidido que lo mejor por hoy será irse a dormir. Mañana será otro día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario