3 de diciembre de 2014

Prohibida

Deberías estar prohibida
por ese modo de sentir que vistes,
con la elegancia de tus dedos
y la sonrisa de tus deseos.

Deberías estar prohibida
por esa manera que tienes
de llevarme al cielo
sin dejarme siquiera
incorporarme de la cama.

Deberían prohibir tus labios,
sobre todo cuando bajan
desde mi ombligo
y hacen volar mis sueños.

Deberías estar prohibida,
tú y todo tu cuerpo,
que empieza en tu sonrisa
y muere en mi cuello.

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